¿Pero qué pinche necesidad?
“Uy, qué miedo, mira como estoy temblando”, es una estrofa de un tema musical de Chico Che y la crisis que el presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR revivió al utilizarla para mofarse del extrañamiento que le hacen los gringos por sus políticas ante el Tratado de Libre Comercio en el tema de las energías.
Como dijera enojado el viejito de la tienda al leer la noticia ¿pero qué pinche necesidad?, pues la verdad es que el Presidente pudo manejar en otro tono la situación, sin hacerse menos y mostrándose fuerte, incluso recurrir a lo que siempre hace, culpar a los del pasado por hacer un acuerdo donde México quedó en desventaja pero que él analizara bien el asunto para que en ese arreglo a nuestro país le vaya mejor, pero no, prefirió hacerse el gracioso, burlarse para que la gente viera que no tiene miedo, que es valiente.
Claro que es bueno que el mandatario nacional se muestre fuerte, en ocasiones indomable, pero se debe tener prudencia, mesura, en algunos temas que pueden traer graves consecuencias a la ya lastimada economía de México y su gente, diplomacia le dicen en la alta política mundial.
No se duda que el presidente es un hombre astuto, inteligente y siempre, hasta con un absurdo, marca la agenda mediática del país, y sabe que el manifestarse en contra de las disposiciones del poderoso país del norte, Estados Unidos, se muestra fuerte ante su pueblo, pero hay temas que se deben de tomar con absoluta seriedad.
Son graves las consecuencias que puede tener una acción de extrema rebeldía de nuestro mandatario nacional ante el poderoso vecino de quien se depende hasta en temas políticos, razón por la que no se entiende que el presidente tome acciones tan arriesgadas, le apueste a ocurrencias.
Pelearse con Estados Unidos, en la mayoría de los países incluyendo México, es un tanto como ponerse con Sansón a las patadas y no es porque se minimice la grandeza de nuestro país, la capacidad que pueda tener para resistir y salir victorioso, o que el presidente logre luego una buena negociación, pero por la vía diplomática, porque para nadie es desconocido que Estados Unidos tiene gran influencia en México y ante un mal entendido puede hasta cerrar las fronteras, obligando a nuestra nación para que acepte sus condiciones desfavorables.
Bueno, cerrar fronteras sería una medida extrema, pues les guste o no a uno y otro, ambos países se necesitan, con tan solo unas horas de cierre las perdidas serian millonarias para las dos naciones, pero si pueden los vecinos emprender otras acciones que lastimen seriamente las exportaciones mexicanas.
De entrada, si no se tiene un buen acuerdo y el presidente insiste en cocorearlos nada más porque se le ocurre o quiere mostrarse fuerte y sin miedo a lo que pueda disponer Estados Unidos, puede poner en riesgo la economía de México.
Quienes generan empleo en nuestro país, son los grandes empresarios y productores, se verían afectados si les imponen más aranceles, imagine usted toda la perdida en el aguacate, las ensambladoras de autopartes o en la exportación de acero tan solo por mencionar algunos casos, colapsarían, se tendría quiebras y desempleo, se perdería economía y, para colmo, aumentaría la inseguridad y eso es lo que ya no se quiere en nuestro país.
Recordemos que el asunto del Tratado de Libre Comercio más que político o de medición de fuerzas es comercial, y en Estados Unidos los que mandan son los grandes empresarios que influyen hasta en las estipulación de precios del aguacate y petróleo e imponen al presidente que les convenga, y ellos, obviamente no estarán dispuestos a perder por un mal arreglo o porque los vecinos no cumplieron con lo acordado.
Está claro que Estados Unidos es el principal beneficiado en el TLC, pero las cosas pueden ser mejor para México si se arreglan con diplomacia no con mofas. Lamentablemente, y nos guste o no, mientras nuestro país no logre ser autosuficiente se tiene que bailar al son que ellos marquen porque no se tienen aún las condiciones para no depender en todos los aspectos de los gringos, pues buscar otros mercados, de improviso, resultaría muy costoso.
Aparte, ¿Qué necesidad hay de estar peleados con los vecinos?, ninguna, si en lo domestico no es bueno, entre naciones menos, peor tratándose del que para bien o para mal tenemos al norte, Estados Unidos.
El Presidente de Estados Unidos a final de cuentas es solo la figura al mando, y quizá a JOE BIDEN hasta le caiga en gracia la actitud de LOPEZ OBRADOR, pero el Senado es otra cosa, la presión de gobernadores gringos también, aparte que los grandes empresarios, que son los que realmente mandan y definen el rumbo del país vecino, pueden cobrarle su participación chistosa, por no llamarle absurda.
En fin, la situación es que la canción de Chico che y la Crisis que utilizó el Presidente en la mañanera para mofarse del extrañamiento que le hicieran desde Estados Unidos por estar faltando al tratado comercial en el tema energético, aunque parezca gracioso, para el vecino país no lo puede ser tanto, menos para los exportadores mexicanos que temen nuevos aranceles por esa ocurrencia pues puede haber reacciones y repercusiones y, entonces sí, los mexicanos si estaremos temblando de miedo ante la crisis que se avecina y como dijera el viejito, ¿pero qué pinche necesidad?
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Rosa Elena González
Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10
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